Acabo de salir de la ducha y estoy cabreada. Puede que os preguntéis el por qué o puede que no, pero yo necesito desahogarme aquí.
Resulta, que mi pelo es una SOBERANA MIERDA. Si, lo es, y no os atreváis a decirme que no. Ojalá hubiera nacido con el pelo rizado de mi madre.
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