Visitas

viernes, 21 de octubre de 2011

Carta de Beethoven a su amada.


Incluso cuando estoy en cama mis pensamientos van hacia ti, mi eternamente querida, ahora y entonces alegremente, después otra vez tristemente, esperando para saber si el destino oirá nuestra plegaria, para hacer frente a la vida que debo vivir en conjunto contigo o nunca verte. Sí, estoy resuelto a ser un extranjero vagabundo hasta que pueda volar a tus brazos y decir que he encontrado mi hogar verdadero con usted y envuelto en tus brazos podré dejar que mi alma flote hasta el reino de almas bendecidas. ¡Ay!, desafortunadamente debe ser así. Debes estar tranquila, tanto más pues sabes que te soy fiel; ninguna otra mujer podrá nunca poseer mi corazón, nunca, nunca, nunca. Oh Dios, por que debe uno ser separado de aquella que le es tan querida. Para más, mi vida en Viena es actualmente desgraciada. Tu amor me ha hecho el más feliz y el más infeliz de los mortales. A mi edad necesito estabilidad y regularidad en mi vida, ¿puede esto coexistir con nuestra relación? Mantente tranquila; solamente al considerar tranquilamente nuestras vidas podremos alcanzar nuestro propósito de vivir juntos. Mantente tranquila, ámame, hoy, ayer. Que nostalgia llena de lágrimas por ti, por ti, por ti, mi vida, mi todo. Todos los buenos deseos para ti. Oh, continua amándome, nunca juzgues mal el corazón de tu fiel amado.
Siempre tuyo,
siempre mía,
siempre nuestro.

No hay comentarios :

Publicar un comentario

Opiniones